lunes, 25 de noviembre de 2013



¿EN DONDE SE BAÑARÁ LA LLORONA?
Las pilas perdidas de San Lucas Sacatepéquez, Guatemala

Arqueólogo Byron F. Hernández Morales
Escuela de Historia
Universidad de San Carlos de Guatemala

Gran parte de la tradición oral guatemalteca se pierde paulatinamente por descuido, desconocimiento o negligencia, lo mismo ocurre con  muchas construcciones y espacios que han formado parte de la historia de un pueblo.

Las pilas públicas de San Lucas Sacatepéquez son un buen ejemplo de lo anterior pues con su destrucción se pierde el patrimonio tangible e intangible de la comunidad, al no existir mas los lugares donde cuentan algunos pobladores que la Llorona se bañaba, se pierde también la mística y el encanto de la tradición oral.  Estas leyendas que han sido parte del imaginario de las personas y lamentablemente no se ha hecho nada para protegerlo.

Esta ponencia pretende documentar las pilas publicas que existieron en el citado pueblo dándole su valor como patrimonio arqueológico, de igual manera recopilar algunos de los relatos de la Llorona que frecuentaba estos lugares y con ello poner de manifiesto la necesidad de conservación de un bien material para dar vida a un relato y de igual manera, la importancia de la conservación del relato para dar valor al bien material.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Mesa: Aparecidos y Espantos



Brujas medievales y mujeres-serpiente en Mesoamérica
Dra. Ofelia Márquez Huitzil

Resumen:
Las mujeres con poderes, generalmente son consideradas como brujas, temibles, inasibles, con poderes sobre el aire, el fuego o la vida. Mezcla de fuerzas animales, las brujas de la Edad Media son mezcla de características animales, antropomorfas, son ancianas sabias, espantosas, como aparecen en los bestiarios.
En Mesoamérica, la madre terrible posee desde cuerpo de serpiente, hasta una vagina dentada. Los hombres parten a las guerras floridas, y las mujeres asumen un doble papel en la educación de los hijos, como padres y madres a la vez. La tierra, madre terrible provee y castiga, limpia y devora. El principio femenino de la vida es Xochiquetzal la joven, la hermosa flor y la fértil, y es Tlazoltéotl la que come inmundicias, la que cura, la tiene lunas en su falda, es Coatlicue, la de la falda de serpiente, Chicomecóatl, siete serpiente, diosa del maíz, y es Cihuacóatl, la mujer-serpiente.

lunes, 21 de octubre de 2013




Tercer Congreso de Folklore y Tradición Oral en Arqueología

Mesa: Seres Fantásticos y mitológicos
 



La presencia del vampiro. 
De el mito y la leyenda a los hallazgos arqueológicos
Mtro. José Alejandro Vega Torres
Resumen

Más allá de la literatura y la producción fílmica de Hollywood;  el personaje del vampiro ha sido una presencia constante en los mitos y leyendas de la antigua Europa. Sin embargo, no es casual que en casi todas las sociedades antiguas del mundo existan dioses y seres que se alimentan de sangre. El beber o robar la sangre tiene dos connotaciones: la de tomar la sangre para la consecución de los ritmos cósmicos o bien robarla por venganza divina. En la primera manera se trata de revitalizar a los dioses mediante el sacrificio, de ello depende que los ciclos naturales y cósmicos se reproduzcan. En su otro aspecto, el robar la sangre por venganza divina, caracteriza a aquellas deidades como  las empuzas, las lamias o las estrigas del panteón griego; quienes por su naturaleza deben alimentarse de los hombres. Con el cristianismo, estos seres fueron convertidos en demonios cuya venganza divina contra el hombre se convierte en el robo inmoral de la sangre decretada en los libros de Deuteronomio, Génesis, Hechos y Levítico; en dónde se especifica que tomar la sangre está prohibido por ser la fuente de la vida del que Dios es su dueño. La siguiente fuente de creación del muerto que regresa a vengarse y succionar su sangre; tiene también su base en un miedo fundamental encontrado en, prácticamente, todas las sociedades, el de un mal o truncado rito funerario. El no concretar los ritos funerarios, tienen en el imaginario cultural un hecho de culpa que desata en ese mismo imaginario el enojo de los muertos, su no trascendencia y por supuesto su regreso y venganza contra sus familiares, como lo describe Thomas Louis Vincent en su libro “El cadáver”.

La presencia del vampiro trascendió a un grado tal;  que en pleno periodo del Iluminismo francés, se escribieron tratados de muertos y revinientes como el Tratado De la masticación de los muertos en sus tumbas del sacerdote calvnista Michael Ranft de 1725. Pero el tratado más famoso es el escrito por el monje benedictino Agustín Calmet quien escribió un libro llamado  Tratado sobre las apariciones de los espíritus y sobre los vampiros o los revinientes de Hungría, de Moravia, etc; edición publicada en París en 1751. Sin embargo; el imaginario de las leyendas y lo especificado en dichos tratados como “métodos antivampíricos” se han vuelto una “realidad”; las últimas excavaciones realizadas en Bulgaria, Italia y Polonia han develado que efectivamente el miedo al vampirismo era una amenaza real,  que se ha develado en los cuerpos excavados de los siglos XIV y XVI . Los primeros estudios han revelado la aplicación de la decapitación, el traspasar el cadáver con hierros o la obstrucción de la boca con tierra o ladrillos.; métodos indudablemente antivampíricos. El vampiro se ha convertido del mito a una realidad que la arqueología de los últimos años ha develado.

miércoles, 16 de octubre de 2013