Mabel Gabriela Romero Quiroga
Rafael Esteban Gutiérrez Quezada
Rodrigo Rivera Vásquez
Licenciatura en Estudios latinoamericanos
Facultad de Filosofía y Letras, UNAM
La fiesta y la religiosidad juegan un
papel de suma importancia en la conformación de la identidad xochimilca. La
tradición oral y las creencias reforzadas de manera constante dan cuenta de un proceso de
socialización en el cual la familia y el barrio cargan con una inmensa
responsabilidad. La memoria colectiva que se reúsa a la extinción, envuelve a
todo un pueblo y respalda, pero sobre todo, reconoce en ella su historia e identidad.
El Niñopan, venerado porque trae consigo
numerosas bendiciones y favores, es la imagen que abarca y renacionaliza dicha
identidad, conservando y actualizando las formas de organización surgidas
durante la época prehispánica, con los “calpulles”
y las cofradías de la época colonial. Es un niño que pertenece a todos, y por
lo tanto simboliza al pueblo, los Xochimilcas le reconocen grandes virtudes y
sus expresiones de alegría y tristeza.
Así las fiestas son espacios de
comunicación social entre familias y barrios. Lo privado se torna público.