Mtra. Gabriela Zepeda García Moreno
Centro INAH Guanajuato
En los trabajos de Arqueología
Testimonial que realizamos en Nayarit en la década de los noventa, destaca uno
que se quedó en el tintero y fue el realizado con Hermenegildo Díaz oriundo de
Mexpan, quien además de ser monero y
entrar a las rumbas de tiro para extraer los objetos arqueológicos, también comenzó
a ser “restaurador de monos”. Ellos se identificaban de esa manera.
Hay en nuestros archivos varias
entrevistas de la forma en que él comenzó a “restaurar” las esculturas y
vasijas en barro prehispánicos y con el paso del tiempo y la gran demanda de
coleccionistas comenzó a fabricarlas, objetos que no considero falsificaciones,
más bien originales contemporáneas, pues son también testimonios materiales de
una demanda que rallaba en lo absurdo. Los intermediarios de los grandes
coleccionistas nacionales e internacionales llegaban con fotografías y
solicitaban les encontraran piezas iguales y los moneros –conocedores de que muchas piezas eran únicas y eran
procedentes, incluso, de tumbas de tiro profundas– y de que no había manera de
encontrar otra igual, comenzaron a fabricarlas. El cuerpo de esta ponencia
versará sobre estas narraciones.
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