Mtra. Diana Guadalupe Vázquez Vargas
El movimiento cristero encontró
muchos partidarios en la zona del Bajío, los presidentes del Maximato y
Cárdenas decidieron utilizar al ejido y al movimiento agrarista como contrapeso
a la influencia de la Iglesia y el poder de los hacendados. De 1927 a 1929 en
el Bajío se vivía una lucha civil comandada por la Iglesia contra el gobierno,
la Guerra Cristera. Valle de Santiago no fue la excepción, en el caso particular de la reciente petición
para solicitar tierras hasta la creación y primeros años del ejido de Charco de
Pantoja, los cristeros convocaban a otros campesinos de la región a violentar a
los agraristas, tanto los que solicitaban como a los que ya se les había
concedido tierras. Las gavillas cristeras eran patrocinadas y financiadas por
los hacendados. Muchos de los administradores de la hacienda hacían listas de
campesinos que no querían trabajar y los entregaban al patrón, esto creó
hostilidad entre los mismos campesinos y el rancho se dividió. A su vez, con el
afán de quitarles sus tierras y entregarlas a los hacendados, esto provocó que
los ejidatarios reaccionaran ante tal ataque y se enfrentaran contra los
cristeros para defender lo que el Gobierno les había otorgado, y la mayoría de
los agraristas se declararon sin religión ni Dios.
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